Las pruebas de la evolución provienen de muchas áreas diferentes de la biología:
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Anatomía. Las especies comparten características físicas porque dichas características estaban presentes en un ancestro común (estructuras homólogas).
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Biología molecular. El ADN y el código genético reflejan la ascendencia compartida de la vida. La comparación de las secuencias de ADN puede mostrar qué tan emparentadas están las especies.
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Biogeografía. La distribución global de los organismos y las características únicas de las especies isleñas reflejan la evolución y el cambio geológico.
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Fósiles. Los fósiles documentan la existencia de especies pasadas, extintas actualmente, pero emparentadas con las especies que vemos hoy en día.
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Observación directa. Podemos observar la evolución directamente a pequeña escala en los organismos con ciclos de vida cortos (como los insectos resistentes a pesticidas).La Teoría de la Evolución es la base de la biología. Actualmente tenemos tecnología que nos permite descifrar el código de la ADN, lo cual guía la clasificación de especies en la taxonomía moderna. Sin embargo, la Teoría de la Evolución se propuso mucho antes de la existencia de esta tecnología y se aceptó como una teoría científica basado en evidencias concretas.
Darwin propuso que las características de las especies se van cambiando poco a poco a través de las generaciones debido a las presiones de su entorno; estos cambios constituyen la evolución. Las siguientes evidencias respaldan la Teoría de la Evolución:
Anatomía. Las especies comparten características físicas porque dichas características estaban presentes en un ancestro común (estructuras homólogas).
Biología molecular. El ADN y el código genético reflejan la ascendencia compartida de la vida. La comparación de las secuencias de ADN puede mostrar qué tan emparentadas están las especies.
Biogeografía. La distribución global de los organismos y las características únicas de las especies isleñas reflejan la evolución y el cambio geológico.
Fósiles. Los fósiles documentan la existencia de especies pasadas, extintas actualmente, pero emparentadas con las especies que vemos hoy en día.
Observación directa. Podemos observar la evolución directamente a pequeña escala en los organismos con ciclos de vida cortos (como los insectos resistentes a pesticidas).La Teoría de la Evolución es la base de la biología. Actualmente tenemos tecnología que nos permite descifrar el código de la ADN, lo cual guía la clasificación de especies en la taxonomía moderna. Sin embargo, la Teoría de la Evolución se propuso mucho antes de la existencia de esta tecnología y se aceptó como una teoría científica basado en evidencias concretas.
Darwin propuso que las características de las especies se van cambiando poco a poco a través de las generaciones debido a las presiones de su entorno; estos cambios constituyen la evolución. Las siguientes evidencias respaldan la Teoría de la Evolución:
El registro fósil
Los fósiles aportan mucha información sobre los seres vivos que existían en el pasado. Huesos, dientes, huellas e inclusive organismos enteros se conservan millones de años. Actualmente contamos con tecnologías como la datación por carbono 14 que nos permite determinar la edad de los fósiles
Estructuras vestigiales
Algunas partes del cuerpo de un organismo ya no tiene ninguna función, sino que sobran de una forma evolucionariamente más antigua del organismo. Estas partes se llaman estructuras vestigiales. A través del tiempo, las necesidades del organismo cambian y a veces acumula otras adaptaciones que cumplen la función que tenía la estructura originalmente. Como la evolución es un proceso lento y continuo, una estructura vestigial ya no tiene función, pero tampoco ha desaparecido totalmente.
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